Andaluces levantaos ...

Me cuentan que el río grande de nuestra tierra lo es más de lo que pensamos, que no nace en Cazorla, en ese infinito reguero de caños que surgen de la tierra serrana, que no, que si fue grande para los musulmanes que lo tomaron como base de su Al-andalus, lo fue más para los moradores de la bética. Me cuenten que desde Doñana hasta las nieves de la Alpujarra almeriense nuestro río wadi al-Kabir nace en el este para ir a morir al oeste, surge en las alturas para desaparecer a nivel del mar, coge la fuerza del aire puro y oxigenado para caer lentamente entre arenales y pinos junto a un océano abierto, porque el Gualdalquivir (no necesitamos anteponer la palabra río que la lleva implicito en su propio nombre) viene del Mediterráneo y llega al Atlántico. Y aunque uno, en el fondo todos, somos de la tierra que pisamos en cada momento, ¡qué suerte haber mamado una forma de sentir, sufrir y gozar que dio vida a la humanidad con una cultura imperecedera! Y esto nada tiene que ver con lo que se celebra este día, que tiene un fuerte carácter político, ¡ay! pero aprovecha, sal a la calle, al campo, al mar, y busca esa esencia que nos hizo diferentes ya en tiempos de la mítica Tartesos. Pregúntale al río, estés donde estés.

+++
Agrego un par de enlaces sobre la polémica del lugar del nacimiento de nuestro río:

Discusión sobre el nacimiento del Guadalquivir
, en Wikipedia.

En busca de las fuentes del Guadalquivir, de Diario Córdoba



Pero hubo alguna vez ...

Como el libro de Enrique Jardiel Poncela, que se preguntaba si hubo alguna vez once mil vírgenes, un servidor, observador de las paredes, muros, vallas, esquinas, barrenduelas y aceras de esta ciudad, se pregunta al ver el azulejo que se conserva en plena Avenida de Ramón y Cajal, camino del Matadero, camino del Cerro del Águila, colindando con el Plantinar y la Juncal, allí mismo, me pregunto, pero hubo alguna vez casas baratas. Por lo visto, en el año veintidos del pasado siglo, sí, las hubo, y supongo que como documento habrá que valorarlo como histórico es ya otro azulejo nominativo que para muchos ha pasado inadvertido, ¡ay!, si no está en el centro, si no coge de paso a tanto político que aprovecha para deshacer y hacer, y así dejar pasar el tiempo, que lo que ocurre en esta ciudad es que nadie quiere tocar nada, que como no guste la fastidiamos, valientes que somos en esta tierra, y les decía que todos estarán cansados de oír hablar del mercado de la Encarnación, de su provisionalidad, de lo que paso con los restos arqueológicos, de las setas, del metropol, de si cumple la ley, de si se carga el paisaje urbano, de que si fuera por unos la ciudad no avanzaría, de esto de lo otro... amigo... ¿oíste hablar del mercado de las Palmeritas? ¿Sabes dónde está? ¿Sabes que está provisionalmente ubicado desde 1973? Sí, como el de la Encarnación, pero por allí no se pasan ni uno ni otro ni el de la moto, claro para que podamos seguir preguntándonos ¿pero hubo alguna vez un mercado no provisional?



Nazarenas


Se han volcado de sopetón en mi mente tal cantidad de sentimientos y recuerdos al recordar esta foto que no he podido resistirme el traerla a este blog. Las cosas se van haciendo mejor y sin duda la Hermandad del Traspaso sabe hacer las cosas y corregir errores que se puedan cometer, e injusticias, y pronto se resolverá una de las más graves y abrirá otras puertas. ¡Ay! los cerrojos de las viejas calles de las Armas, del compás de San Pablo, de la calle Córdoba, de la Costanilla o la de la plaza de la loca del Sacramento. Están huérfanos pero ... la llave está en San Lorenzo.

Que maravilla el día que la Hermandad del Señor deje de ser una de las ocho malditas. Que grande ese día que mujeres como Matilde puedan elegir como expresar sus sentimientos siguiendo la forma y manera sevillana, si así es su deseo.

Llegaran tiempos de igualdad. Tiempos sin preguntas, sin consultas, sin referendums que ponen en entre dicho la palabra hermandad, que cuestionan la dignidad de las personas ¿Quienes somos para decidir quien alumbra y pone luz a las pisadas del Cautivo, del Caído, del Despreciado, del Presentado, del Crucificado? ¿Quienes somos, por Dios?